La sutil impronta respetada, de un espejo en la pared, creada por el paso del tiempo y la falta de luz, forma un espacio en sombra, que permanece como testigo de reflejos anteriores.
Es incorpórea, pero tiene tanta entidad que necesita ser sujetada.
El espacio ya no devuelve una imagen exterior, más bien la absorbe, pero en su ausencia, recuerda su lugar. Juan MV
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